jueves, 25 de octubre de 2012

La parada

Hoy no me voy a cagar en esto, porque quiero hacer algo un poco más reflexivo dadas las circunstancias.

Creo que todos sabemos lo que ha venido ocurriendo en La Parada. Creo también que todos (y realmente espero que todos) repudiamos estas actitudes salvajes, arcaicas y conchudas. ¿Cómo es posible que la gente esté acostumbrada a exigir las cosas por medio de la violencia? Parece una rabieta a escalas criminales: los hijos quieren su mercado, pero papá municipalidad no se los da, "Santa Anita es Santa Anita y se acabó", entonces lloran y lloran. Se dan cuenta que no hay respuesta, que la decisión es firme y no hay vuelta atrás. Entonces el llanto se convierte en rabieta y la rabieta en violencia, pegan al papá, "te odio, te odio, malo", prenden hogueras, tiran piedras y hasta usan armas de fuego. "Quiero mi mercado, mío, mío, dame mercado", apedrean a un policía en el suelo, rompen las patas de un caballo que ni siquiera está ahí por voluntad propia sino que, en pleno siglo 21, se usa unos pobres animales que deberían estar libres para reprimir manifestaciones, exponiéndolos junto con el cuerpo policial a injurias de este calibre. Me pregunto entonces, en medio de todo esto, en qué ciudad de mierda vivimos. Con qué gente de mierda compartimos nuestras calles.

Lo peor de todo es que esto lo vemos porque estamos en Lima, nos estamos enterando de la violencia porque está ahí nomas. Pero, ¿qué estará pasando en la sierra, en provincia, en la selva? De hecho, podemos ver ciertos reportajes de violencia en la selva, temas de narco-terrorismo que no son extraños para nadie (nuevamente, espero que para nadie), por poner solo un ejemplo. ¿Qué estará pasando ahora, en estos momentos, en un pueblo remoto de alguna provincia olvidada? Me pongo a pensar y me enferma la idea que mientras yo escribo esto alguien está siendo violado, asesinado. Me estremece que mientras yo duermo una niña es víctima del abuso sexual de un familiar cercano, quizás en alguien en quien ella confiaba. Me da rabia pensar que un maestro se aprovecha de su condición para satisfacer sus deseos egoístas y aprovecharse de los alumnos y alumnas. Me revienta pensar cuánta gente de mierda habrá suelta por ahí y cuántos siguen haciendo de las suyas aún en la cárcel deficiente que tenemos.

Esto solo por mencionar un par de temas. La realidad nacional es triste y compleja. No me atrevo a escribir sobre otras cosas o profundizar más en algunos temas para no quedar como ignorante, pero esto a fin de cuentas es mi opinión, mi percepción, nada más. El odio entre las personas alimenta más odio y cada vez la nación va dividiéndose, más de lo que ya está desde hace muchos años; se agrietan las bases sobre las cuales se ha intentado construir algo de bien (aunque sea por algunos pocos), se corrompe el alma de las personas. ¿Realmente no hay nada que se pueda hacer para cambiarlo? Yo, la verdad, no tengo esperanza. Sinceramente, ya no tengo, y no lo digo por lo que ha pasado ahora con los comerciantes, sino en general. Creo que este país está cosechando la violencia que se ha sembrado en él desde siempre, esto es solo lo inevitable que se venía anunciando desde el primer acto de opresión, desde el primer abuso, desde el primer esclavo, desde el primer conquistador que pisó tierra peruana. Siento que no hay nada que se pueda hacer, solo esperar a que venga lo peor y que, eventualmente, pase.

Ojalá me equivoque y haya un día en el que no me cague en el país, que no me cague en su gente ni en su sistema de gobierno, ni nada de eso.

Ojalá que haya un día en que lo único en que me cague sea mi baño, pero no creo.


martes, 23 de octubre de 2012

El transporte público


Querido sector del transporte público:

He oído que vas a hacer un paro, con marcha y todo, mañana 24 de octubre. He oído que te quejas porque la alcaldesa “no te escucha”. Sinceramente, no puedo pensar en otra cosa que no sea la tremenda CONCHA que tienes para hacer tu paro. Por eso, no puedo decirte nada que no sea que ME CAGO EN TI, TRANSPORTE PÚBLICO.



Para cagarme en el transporte público como es debido mencionaré cada uno de los aspectos que me molestan a mí y a todos los usuarios:

1.- El mal manejo: Choferes que manejan como si fueran los reyes de la pista, como si en vez de un bus tuvieran un puto Ferrari, como si una calcomanía de rápidos y furiosos los convirtiera en Dominic Toretto. Metiendo carro, giros bruscos, frenadas en seco e imprudentes.

2.- El cobrador: No voy a negar que hay cobradores que son educados y corteses, pero abundan aquellos que son irrespetuosos, maleducados y groseros. Más que sean irrespetuosos conmigo, me jode que lo sean con personas mayores, con señoras y señores de edad avanzada, que reclaman y con mucha razón por las deficiencias que el transporte presenta y les responden con frases como “Ah ya, qué pena pe señora, no se suba la próxima pe, mejor”. Sólo por sentido común el pasajero merece un buen trato, sobre todo porque PAGAMOS POR EL SERVICIO, así sea un sol o un poco más por el pasaje, somos el cliente.

3.- El estado de los vehículos: Tanto por fuera como por dentro, los vehículos deberían estar en buen estado y eso es responsabilidad de la empresa. No debería haber casos en los que los asientos se caen porque les faltan tornillos, las ventanas que parece que van a reventar en cualquier momento, o que se caen al menor contacto (lo he visto).

4.-  Los pasajes: No sé bajo qué criterio se establece el precio del pasaje, pero al parecer varía entre cada micro, incluso de la misma empresa de transportes. Un día, de Camino Real hasta el Ovalo Higuereta es un sol, al día siguiente es un sol veinte. Un día, el medio pasaje es un sol, y al otro día incluso con carnet es un sol veinte o más, dependiendo de la distancia. No creo ser el único que presenta estos problemas a la hora de determinar cuánto es el pasaje de un lugar a otro, porque justo cuando crees saber cuánto te van a cobrar de tal a tal lugar, te suben el precio y luego te lo vuelven a bajar.

5.- El exceso de pasajeros: No entiendo. No comprenderé nunca. Sé que hay gente que no tiene otra alternativa que subirse a un micro porque justo ese único es el que hace la ruta que los lleva hasta su casa que queda bastante lejos. Pero si podemos “aliviar” de cierta manera la gran cantidad de pasajeros apretujados unos contra otros, parados incluso en el borde de las puertas, prácticamente con medio cuerpo encima de los que están sentados, por favor aliviémosla. Usemos otros medios de transporte si no estamos muy lejos como una bicicleta, un skate, patines o por último, si tan cerca estamos y somos varios podemos tomar un taxi que sale un sol cada uno o un sol cincuenta, como máximo. Y si no quieres ayudar porque no te importa la gente, porque te gusta estar ahí bien apretadito entonces JÓDETE, ME CAGO EN TI.

6.- Ahora sí, esto me amarga bastante: ¿POR QUÉ SE PARAN A ESPERAR PASAJEROS CUANDO EL SEMÁFORO ESTÁ EN VERDE? JODEN TODO, JODEN EL TRÁFICO, JODEN A LOS PASAJEROS, JODEN A TODOS. ¿Si salí tarde no es culpa del chofer? CÁLLATE, MIERDA, QUE SI ME QUEDO CINCO MINUTOS MÁS EN JAVIER PRADO CON AVIACIÓN ES POR CULPA DEL PUTO CHOFER. ¿POR QUÉ EN VEZ DE LLENAR EL MICRO DE PASAJEROS NO SE LLENAN EL CULO CON DINAMITA CARAJO?


Y bueno, eso es básicamente lo que más me jode del transporte público. Por eso me cago infinitamente en eso, sobre todo cuando hay paros. ¿Con qué cara pueden hacer paro, siendo tan mierda? Los odio. Los odio cada día más. Hay muchas cosas más que me joden como los ambulantes que vienen a meter el mismo cuento todos los putos días, la música (aunque eso es un tema de gustos, más que nada), los asientos reservados que nadie respeta, los micros que tienen diez familias de moscas viviendo dentro, entre otras. Me cago en los micros, me cago en todo.

Ya me puse de mal humor, carajo.


Tengo Twitter, ahí me cago en todo en tiempo real: https://twitter.com/excusadovirtual

lunes, 22 de octubre de 2012

Las introducciones

Como siempre me cago en todo, decidí finalmente concretar la idea de hacer un blog sobre esto. Ya era hora, la verdad, porque temas en los cuales defecar no me faltan. Los más genéricos, por ejemplo: el colegio, la universidad, el transporte público, los wachiturros, los programas de televisión más estúpidos que he visto, la idiotez colectiva, etc. Tengo una especie de diarrea mental (a veces incontrolable). No puedo dejar de cagarme en las cosas, situaciones o personas que me molestan y nunca dejaré de hacerlo, porque prefiero indignarme, amargarme y cagarme en todo antes que tragarme la estupidez que nos bombardean a diario. 

Y aún así, me sobra mierda.

Si no les gusta como me cago en todo, no lean el blog. Cáguense en el blog. Cáguense en mí.